Validación Emocional: Un Paso Clave en la Escucha
Es probable que alguna vez alguien te haya pedido apoyo con algo que le preocupa, o que le está haciendo sentir triste, ansioso/a, o enfadado/a. Y es posible que tú, con toda tu buena intención, te hayas apresurado aportar todas las soluciones posibles, explicando lo que debería estar haciendo para solucionar el problema y dejar de sentirse así. Sin embargo, la clave para un apoyo emocional efectivo está en escuchar y validar antes de solucionar. ¡Esta entrada del blog está hecha para ti, solucionador de problemas! Te explico un poco todo esto.
Los Dos Cerebros: el Sistema Límbico y el Córtex Prefrontal
El cerebro humano tiene dos áreas clave que juegan roles importantes en nuestra forma de comunicarnos y procesar experiencias:
• Sistema Límbico. Es la parte del cerebro encargada de las emociones. Aquí se generan respuestas emocionales rápidas y automáticas ante diversas situaciones.
• Córtex Prefrontal. Esta área está relacionada con el pensamiento racional, la toma de decisiones y el control de impulsos. Es el centro de nuestra capacidad para planificar y analizar.
Cuando una persona viene con un problema y está muy agitada emocionalmente, se está comunicando desde su sistema límbico. Si intentamos responder desde nuestro córtex prefrontal con soluciones racionales, y evitamos conectar con su emoción porque nos resulta incómoda, la comunicación no será efectiva. Es como hablar en dos idiomas diferentes. El resultado más probable será la frustración en ambas partes, y la sensación en la otra persona de culpa o inadecuación por sentirse así. Por esto, la persona necesita primero sentirse comprendida y validada emocionalmente.
Primero Validar la Emoción
Para que la comunicación sea efectiva, primero debemos conectar con la emoción de la persona. Esto significa escuchar activamente y validar sus sentimientos. Aquí hay algunas frases útiles que puedes usar:
• “Es normal que te sientas así.”
• “Debe ser muy difícil para ti.”
• “Entiendo que estés pasando por esto.”
Incluso simplemente escuchando, ofreciéndole un abrazo o dándole la mano ya estaremos generando esta validación emocional. Estaremos mandando el mensaje de: tu emoción es válida, y tienes un espacio seguro para sentirte así. Validar las emociones no significa necesariamente estar de acuerdo con la persona, sino reconocer sus sentimientos y darles importancia. Este paso es crucial para ayudar a la persona a calmarse y sentirse apoyada.
Proponer Soluciones de Forma Amable
Una vez que hemos conectado con la emoción y la persona está más calmada, podemos empezar a proponer soluciones. Es importante hacerlo de manera amable y sin imponer nuestra opinión. Evita el uso de “deberías” y en su lugar, usa enfoques más suaves y colaborativos:
• “Oye, ¿has probado a hacer esto?”
• “Cuando a mí me ha pasado algo parecido, me ha funcionado hacer…”
Hacerlo de esta forma, invitamos a la persona a considerar opciones sin sentirse juzgada o presionada. También abre la puerta a una conversación más constructiva y menos defensiva.
Establecer acuerdos
Es importante que la persona tenga la libertad de expresar sus necesidades en cuanto a cómo quiere ser apoyada. Establecer acuerdos claros sobre el tipo de apoyo que necesita puede mejorar la calidad de la comunicación y hacer este momento más fácil. Aquí te doy algunas formas de establecer estos acuerdos:
• ”¿Quieres solo desahogarte y que te escuche?”
• ”¿Prefieres que te dé algunas ideas sobre cómo manejar la situación?”
• ”¿Necesitas ambas cosas: escuchar y que luego veamos qué soluciones hay?”
Permitir que la persona indique lo que necesita no solo hace la comunicación más efectiva, sino que también muestra respeto por sus emociones y su proceso. Haciendo esto, estaremos fortaleciendo la conexión emocional con la persona, le estaremos demostrando que somos una persona segura con la que puede expresar sus emociones, y será más probable que vuelva a confiar en nosotros/as cuando tenga un problema.
Entender y aplicar estos principios puede transformar nuestras relaciones. Escuchar y validar emociones antes de ofrecer soluciones nos permite conectar a un nivel más profundo y significativo. Recuerda, la clave está en ofrecer un espacio seguro donde las personas se sientan escuchadas y comprendidas.