El ejercicio más potente de autoestima: nuestras acciones
La autoestima es una pieza fundamental en nuestro bienestar emocional y físico. A menudo, se nos dice que las autoafirmaciones son la clave para mejorar nuestra autoestima. Seguro que habéis leído libros que os dicen “Dite todos los días lo maravillosa que eres”, “Escribe todos los días que te mereces lo mejor y repítelo 100 veces antes de irte a dormir!”. Desde luego, estos ejercicios, si se llevan a cabo de manera adecuada, pueden ayudarnos a sentirnos mejor con nosotras mismas, al menos a corto plazo. Sin embargo, yo diría que estas autoafirmaciones son un complemento del ejercicio que realmente siembra semillas de autoestima: las acciones que están en consonancia con nuestras necesidades.
Las autoafirmaciones pueden ser útiles, pero su efecto es limitado si no están respaldadas por acciones concretas. Las palabras pueden ser vacías si nuestras acciones no reflejan lo que decimos creer sobre nosotras mismas. En cambio, las acciones son mensajes tangibles que nos enviamos a nosotras mismas sobre nuestro valor y dignidad.
Acciones acordes a nuestras necesidades
Cada acción que tomamos puede ser una declaración de nuestro valor. Aquí hay algunos ejemplos en que podemos usar nuestras acciones para reforzar nuestra autoestima:
Poner límites
Al ceder a lo que los demás necesitan, nos mandamos el mensaje de “Mis necesidades no son importantes”. Sin embargo, diciendo “no” cuando es necesario, el mensaje se convierte en “Mi tiempo y mi energía son importantes”. Poner límites no solo nos protege del agotamiento y del abuso, sino que también nos envía el mensaje de que nuestras necesidades y nuestro bienestar son nuestra prioridad.
Practicar el autocuidado
Dedicar tiempo a actividades que cultivan nuestro bienestar físico y emocional es esencial. El autocuidado puede incluir desde hacer ejercicio y comer saludablemente hasta disfrutar de una actividad que nos gusta, o simplemente… descansar!. Cuando me doy un bañito con la música que me gusta, o cuando paso la tarde haciendo la manualidad que más me relaja, o cuando voy a pasar el día al aire libre, me estoy diciendo: “Merezco pasar tiempo de calidad”.
Alejarnos de entornos que no nos hacen bien
Dejar atrás lo que nos hace daño a veces cuesta. Pero, inevitablemente, cuando me quedo en una relación que me hace daño, o sigo en un trabajo que me hace infeliz, me lanzo el mensaje de: “Esto es lo que me merezco”. Sin embargo, cuando elegimos rodearnos de personas y entornos que nos respetan, nos validan y nos permiten ser nosotras mismas, cambiamos el mensaje por: “Merezco ser amada y respetada”, o “Merezco trabajar en buenas condiciones”.
La importancia de los valores
El primer paso para fortalecer tu autoestima a través de tus acciones es identificar qué valores son importantes para ti. Pregúntate: ¿Qué es lo que realmente valoro en mi vida? ¿Qué necesito hacer para vivir de acuerdo con esos valores?
Una vez que tengas claridad sobre tus valores, comienza a tomar pequeñas acciones diarias que los reflejen. Con el tiempo, estas acciones se acumularán y, al respetar tus valores, estarás fortaleciendo tu autoestima.
Recuerda, las acciones hablan más fuerte que las palabras. Alinear tus acciones con tus necesidades y tus valores no solo mejorará tu autoestima, sino que también te llevará a una vida más auténtica y satisfactoria. Empieza hoy a tomar acciones que refuercen tu autoestima y te recuerden que mereces lo mejor. Con amor y paciencia. Paso a paso.